Según la comunidad científica, se requiere una rápida disminución de las emisiones de CO2 para limitar el aumento de las temperaturas medias globales "muy por debajo de 2 °C", como lo exige el Acuerdo de París. Pero al mismo tiempo, también será esencial la remoción del exceso de CO2 de la atmósfera.
Dado que existe una relación sustancialmente lineal entre la cantidad acumulativa de CO2 emitida a la atmósfera y las temperaturas medias globales, un nivel de estabilización de temperatura objetivo implica una cantidad máxima de CO2 que puede emitirse. Además, si se supera dicho umbral, se necesitará una remoción directa del CO2 atmosférico en exceso para mantenerse por debajo del umbral.
Cuanto más se posponga la reducción de emisiones, mayor será la cantidad de CO2 que debe removerse. Incluso si se alcanzaran ambiciosas vías de mitigación en las próximas décadas, según muchos estudios científicos, la meta de miles de millones de toneladas de "emisiones negativas de CO2" parece inevitable.
Una primera forma de remover el CO2 de la atmósfera es incrementar todos los sistemas naturales que absorben el CO2 de la atmósfera, como detener la deforestación y reforestar áreas no utilizadas, aumentando el contenido de carbono del suelo con prácticas agrícolas conservadoras. Sin embargo, la cantidad de CO2 a remover es mucho mayor de lo que parece posible con estas prácticas.
La principal tecnología discutida en todo el mundo para lograr emisiones de CO2 negativas es BioEnergy y Carbon Capture and Storage (BECCS), en la cual las plantas actúan como "esponjas" del CO2 atmosférico, que se absorbe y luego se almacena de forma segura. Otras tecnologías propuestas y estudiadas por muchos centros de investigación se basan en la absorción directa de CO2 del aire a través de diferentes filtros (DACCS: Direct Air Capture y CCS).
Otras tecnologías de emisión negativa consisten en acelerar los procesos de meteorización natural y la reacción con rocas carbonatadas que determinan, en un tiempo muy largo, la eliminación del CO2 atmosférico. Un método es la alcalinización oceánica, que consiste en descargar productos alcalinos (i.e. cal, cal hidratada) en el mar, aumentando el pH del agua favoreciendo una mayor absorción de CO2 de la superficie del mar.
Todos esos procesos aún están bajo investigación y desarrollo, siendo su límite los altos costos económicos y de energía, más altos que otras opciones tecnológicas disponibles para reducir las emisiones. Pero para estar disponibles y ser rentables a mediano plazo, ahora deben ser objeto de investigación y desarrollo.
El proyecto DESARC-MARESANUS, por lo tanto, tiene como objetivo estudiar la viabilidad de un proceso que explote la biomasa para producir la cal hidratada que se utilizará la alcalinización del mar. El exceso de CO2 derivado del proceso se almacena de forma segura, mientras que los transportadores de energía limpia descarbonizada, como hidrogeno o amonia, también se generan como subproducto.
Para saber más sobre:
Anderson et al. (2019) Las soluciones climáticas naturales no son suficientes. Science, 363, 6430, 933-934.
Fuss et al. (2018) Emisiones negativas - Parte 2: Costos, potenciales y efectos secundarios. Cartas de investigación ambiental 13, 063002.
Griscom et al. (2017) Soluciones climáticas naturales. PNAS, 114, 11645-11650
Minx et al. (2018) Emisiones negativas - Parte 1: Investigación del paisaje y síntesis Environmental Research Letters, 13, 063001.
Nemet et al. (2018) Emisiones negativas - Parte 3: Innovación y mejora de la escala. Cartas de investigación ambiental 13, 063002.
Renforth and Henderson (2017) Evaluación de la alcalinidad del océano para el secuestro de carbono. Rev. Geofísica, 55, 636-674